El oratorio dedicado a San Pedro es situado entre el cementerio y la iglesia parroquial, a lo largo de la carretera que lleva a Tornaco. Es un edificio de factura sencilla, de nave única, cubierto por una armadura lignaria sobre la cual apoyan las tejas. En su interior, encima del altar, se puede admirar un precioso fresco representante a la Virgen en trono con Niño entre San Antonio Abad y San Pedro y otros Santos, atribuido a Sperindio Cagnola y remontante a las primeras mitades del siglo XVI.
Sobre éste, enseguida debajo del mojinete del techo, se encuentra representada la Pasión y Resurección de Cristo. También las paredes laterales son enriquecidas por frescos coevos que representan a los Santos venerados en nuestros campos, y a una Virgen de la leche que lleva un traje ricamente decorado. Es sólo desde pocos años que los frescos, gracias a una hábil restauración, han vuelto a la luz.